Guillermo Ortega / Santa Fe | Actualizado 13.11.2011 - 01:00.- El salón de plenos estaba lleno a reventar, cosa que en Santa Fe muy rara vez se produce. Pero es que la ocasión lo merecía: un orden del día que incluía una propuesta para rebajarle al alcalde el sueldo hasta situarlo en 640 euros al mes, otra para modificar la periodicidad de los plenos de forma que, curiosamente, coincidan con los de la Diputación y obliguen a un concejal socialista que también es diputado a elegir entre ir a uno u otro foro, una más para variar la composición de las comisiones informativas de forma que el PP tuviera el doble de representación que el PSOE, a pesar de que no le dobla ni en votos ni en concejales...
Es controvertido el hecho en sí de que el PP solicitara expresamente ese pleno extraordinario. A sus ocho concejales se les está uniendo esporádicamente Ana Bella Camacho, elegida por la lista del PSOE, lo cual deja en minoría a los dos partidos que forman el equipo de gobierno: los socialistas, que ahora se quedan con siete concejales, e Izquierda Unida, que aporta uno.
De seguir así las cosas, podrían ganar muchas votaciones y serían una especie de gobierno en la sombra, solución alternativa a una moción de censura que no pueden presentar porque la ley se lo prohíbe a Ana Bella Camacho, que por cierto ayer, en un momento dado, dijo que el transfuguismo es "tan democrático como las propias elecciones". Una frase para la historia.
Sin embargo, el PP optó por proponer todas esas cosas de un tirón, una especie de moción de censura encubierta que su portavoz, Juan Cobo, prefirió basar en "criterios de oportunidad política".
"No hay ánimo de revanchismo", aseguró Cobo, que acusó a los socialistas de no aceptar la nueva realidad: que se han quedado en inferioridad "por culpa de sus problemas internos".
El público estaba tenso, pero supo guardar la calma en todo momento. Quizás le vino bien el llamamiento a la tranquilidad que le hizo al principio el alcalde, Sergio Bueno. "Que todos los concejales se puedan expresar. Si queréis decir algo, hacedlo. Pero si no lo hacéis, mejor. Si estáis muy enfadados, es preferible que os vayáis a casa. Será mejor para mí, para vosotros y para estos señores de azul", agregó, refiriéndose a los dos policías locales que acudieron a la sesión.
Acotación no tan al margen: el PP había solicitado dos días antes la presencia de la Guardia Civil ante la posibilidad, o así lo entendían ellos, de que hubiera altercados. "Transmítanles a la dirección de su partido que Santa Fe es un pueblo tranquilo y que no había necesidad de traerlos", le dijo Bueno a los populares al término de una maratoniana sesión: más de cinco horas duró.
El PP dio dos argumentos para justificar que los plenos debían trasladarse al último jueves de cada mes y por la mañana: que así se conciliaría mejor la vida laboral y la familiar, y que eso evitaría pagar las dietas de la secretaria y el interventor por trabajar fuera de su horario habitual.
Guzmán Morilla, por parte del PSOE, les acusó de quererse aprovechar de las circunstancias (el hecho de que ahora tengan un edil más) para "pescar en río revuelto y sacar beneficio" y fue aún más allá al señalar que nunca había visto una propuesta "tan antidemocrática", porque impedía a su compañero José María Aponte ejercer como diputado provincial en los plenos de ese organismo.
Rafael Alconchel, de IU, aportó el dato de que el presidente de la Diputación, Sebastián Pérez, es también concejal en Granada y senador "y su agenda le permite ir a los plenos de las tres instituciones". Pero llegó la hora de votar y el punto salió adelante porque Ana Bella Camacho alegó que ella tiene dos hijos pequeños y que está "harta" de salir de los plenos a la una de la madrugada.
En cambio, el PP no se salió con la suya en su demanda de que las comisiones informativas tuvieran ocho componentes: cuatro suyos, dos del PSOE, el de IU y la concejal no adscrita. Expuso que era "la fórmula más ajustada" y proporcional y resaltó que así lo recomendaba un informe del que se resistió a decir el autor. PSOE e IU dijeron que era del todo ilógica esa representación "porque ustedes no tienen el doble de concejales" (Aponte) y Ana Bella Camacho, que ya había anunciado que iba por libre y votaría en cada punto según le dictara su conciencia, reservó su voto hasta saber qué decían los técnicos municipales al respecto.
Finalmente, y tras un receso para discutir la cuestión, se impuso ese último criterio, el técnico, y se acordó que las comisiones tuvieran nueve miembros: cuatro del PP, tres del PSOE y los otros dos, para IU y la concejal no adscrita.
Después vinieron las propuestas de modificación del representante local en diversos órganos supramunicipales, como el Consorcio de Sierra Elvira, PromoVega o el Instituto Metropolitano del Taxi. Todas fueron rechazadas (Camacho no ve lógico que en esos órganos haya gente que no está en el gobierno local) excepto el de Vega Sierra Elvira, para el que propuso que hubiera "un representante titular del PP y otro reserva del PSOE", porque es un órgano "donde se votan políticas de formación y empleo y conviene que los dos se pongan de acuerdo".
Al final llegó el punto que se presentaba como el estelar, la drástica reducción de sueldo del alcalde y la eliminación de retribuciones a los demás concejales, de forma que no haya ninguno liberado. El PP y la ex socialista votaron a favor aduciendo que estamos en tiempo de crisis. "Es una situación coyuntural; podemos subirlo después", sugirió Ana Bella Camacho.
Teóricamente, la propuesta fue aprobada, pero entonces Sergio Bueno esgrimió otro informe jurídico, firmado por la secretaria municipal y "vinculante" en el que se asegura que el pleno no tiene capacidad para decidir sobre esa cuestión, por lo que lo consideraba excluido del orden del día. El asunto se decidirá por la vía judicial pero, mientras tanto, esa medida no se aplicará.