Referente artístico y cultural de la ciudad. Fundado en 1992 para profundizar y difundir el arte y la cultura americana y de vanguardia de nuestra provincia.
Belén Rico/02.04.2012.- La Delegación de Cultura ha decidido inscribir ocho colegios construidos durante la República en la provincia de Granada en el Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz por sus valores de la más diversa índole, tanto arquitectónicos, como etnológicos, artísticos o documentales. Esas ocho escuelas son: la Escuela Almegíjar; la de Notáez del mismo municipio; la de Huélago; la de Cenes de la Vega; las de Santa Fe y Baza; el Eras de Cristo de Granada y la de Fuentevaqueros.
La decisión de la Comisión de Patrimonio trata de identificar, proteger y difundir un patrimonio que constituye un legado material e inmaterial de valores incuestionables. Cultura ha tenido en cuenta que estos inmuebles son un documento de la introducción en España de los cambios regeneracionistas de los sistemas pedagógicos existentes en el momento.
Según el informe presentado a la Comisión, la construcción de estos inmuebles aparece relacionada con una serie de acontecimientos internacionales como son el influjo del Pensamiento Krausista, cuyas implicaciones pedagógicas obligaban a poner en contacto directo al alumno con la naturaleza. Estas escuelas reciben, además, la influencia de la Institución Libre de Enseñanza, con una fe ciega en el poder de la educación como instrumento de cambio social. Así mismo, la Oficina Técnica de Construcciones Escolares (creada en 1920) puso en comunicación los postulados de la ILE con las ideas innovadoras de la arquitectura, a partir de este momento los proyectos para estas escuelas serán diseñados con criterios de racionalidad y funcionalidad.
Así pues, serán dos parámetros fundamentales los que determinen las características de los edificios escolares del momento: los sistemas pedagógicos instaurados y el desarrollo del Movimiento Higienista. En base a los sistemas pedagógicos se realizan dos tipos de escuelas: La Escuela Unitaria (Huélago, Almegíjar, Notáez, Cenes de la Vega) y la Escuela Graduada (Eras de Cristo, Santa Fe, Fuente Vaqueros y Baza). Esta última, que se irá imponiendo con el tiempo, trataba de sustituir el aula regida por un sólo maestro en el que se agrupaban a niños de diferentes edades o Escuela Unitaria por un grupo escolar con diversas clases en salas separadas, agrupación de los alumnos con criterios de edad, capacidad intelectual o nivel de conocimientos. Una característica en común para ambos sistemas será el de la división sexual, normativa que imponía una simetría estricta para los edificios.
Por otro lado, las medidas higienistas regirán de manera muy clara todo lo relativo a emplazamiento, orientación, extensión, materiales, dependencias o sistemas de iluminación y ventilación para la construcción de los inmuebles.
Además, estos grupos escolares constituyeron un ejemplo representativo de un periodo en que la arquitectura y la ciudad histórica se adhieren definitivamente a la tradición moderna con la que se inicia un proceso de convalidación racional y funcional que perdura hasta hoy, es decir, se hace tabla rasa de las formas arquitectónicas del historicismo en defensa de una arquitectura denominada vanguardista o de estilo internacional.
En concreto, la Escuela Unitaria de dos Unidades en Almegíjar, ahora CPR Guadalfeo; y la Escuela unitaria de dos Unidades en Notáez, en la actualidad la Escuela Educación de Adultos, forman parte del mismo proyecto del arquitecto de la Oficina Técnica de Construcción de Escuelas, Guillermo Díaz, el 25 de Noviembre de 1928. Este, junto con el arquitecto director de las obras, Leopoldo Torres Balbás, llevará a cabo la construcción de ambos edificios escolares en estos dos municipios alpujarreños. Se trata de un mismo proyecto para Escuelas Unitaria de dos unidades, una para niños y otra para niñas.
La Escuela Unitaria de Dos Unidades de Huélago (Antiguas Escuelas) constituye uno de los pocos ejemplos que quedan en la provincia de Granada de la introducción de una arquitectura de raíces funcionalista siguiendo parámetros más europeos y renovando el panorama constructivo con respecto a los grupos escolares que se estaban llevando a cabo en el momento.
El 2 de noviembre de 1928 el arquitecto Manuel López de la Mora, autor también de las cuatro escuelas unitarias ya demolidas en Quéntar, firma el proyecto de escuela unitaria de dos secciones.
El Grupo Escolar "Dolores Romero Pozo, de Cenes de la Vega, fue redactado por el arquitecto José Fernández-Fígares Méndez en época republicana terminándose de construir en plena Guerra Civil, en 1937. No llegó a construirse tal cual fue planteado en un primer momento, según muestran los planos conservados. En el proyecto el arquitecto plantea un edificio ecléctico basado en la conjugación de elementos clásicos pero termina apostando por una solución más moderna. Se retiran todos los elementos decorativos de la fachada, transformándola en una arquitectura desnuda que presta toda su atención a la funcionalidad.
El Colegio Nacional Reyes Católicos, el CEIP Reyes Católicos de Santa Fe, es una obra del arquitecto Francisco Fábregas Vehil de 1930. Se trata de un edificio de estilo absolutamente sencillo que rompe su monotonía añadiendo cuerpos salientes en fachada. El programa escolar se organiza en dos plantas relacionadas por medio de una escalera de acceso a los dos vestíbulos. La distribución de las dos plantas es análoga.
El colegio de la Calle Solares o CEIP Ciudad de Baza, realizado por el arquitecto de la oficina técnica Francisco Pleguezuela en 1932 responde al principio de aprovechar las posibilidades de estandarización de soluciones y la producción seriada, lo que repercutiría en la simplicidad de formas. El mismo proyecto se repite en la desaparecida escuela de la Calle Chorrillo.
Las Eras de Cristo, Los Cármenes, es fruto de un primer proyecto del arquitecto José Felipe Giménez Lacal del año 1929 en el que se proyecta un edificio de carácter historicista. Sin embargo en 1931 Alfredo Rodríguez Orgaz utilizará de base el solar anterior traduciendo su lenguaje a una arquitectura racional funcionalista convirtiéndose el inmueble en una perfecta materialización de las Instrucciones Técnico - Higiénicas relativas a construcciones escolares dada en 1923.
Por último, la Escuela de Fuente Vaqueros o actual Centro de Estudios Lorquianos, sigue de cerca las innovaciones que se están incorporando desde el enfoque que Torres Balbás denominaría como "regionalismo racionalista". En 1926 se saca a subasta pública la construcción del edificio con arreglo al plano confeccionado por el aparejador José Jiménez. Este se compone de dos grupos escolares y muestra un limpio orden constructivo.